26/2/07

Montpellier...


Tablier, truelle et martellette:
voici le Peyrou.




Est-ce un hasard, comme l’assure le conseiller général Philippe Saurel, en tout cas, ça tombe à pic: alors que la dépouille de l’archevêque Dillon retourne à Narbonne (1), les Archives départementales ont retrouvé la truelle, la martellette et le tablier que le prélat a tenu lors de la pose de la première pierre du Peyrou.

Ces outils symboliques, en argent massif et soie brodée, ont été épargnés par le temps. Réalisés pour le 29 décembre 1766, «ils ont été répertoriés par Thuile en 1880, puis rangés et oubliés». Vivienne Miguet, conservatrice des Archives, reconnaît qu’elle «aurait dû être au courant. Mais tout n’est pas rationnel.» Et surtout pas les rangements des Archives, qui recèlent des trésors que la nouvelle nommée découvre peu à peu...

Avec l’aide des employés de ce département mais aussi celle de Philippe Saurel, un baron de Caravètes très à l’aise dans la place et «heureusement surpris que l’on ait retrouvé monseigneur Dillon». D’ailleurs, sourire jusqu’aux oreilles, le voici qui noue le tablier autour de ses hanches et mime le prélat au Peyrou: «Martelette dans la main gauche, pour honorer les tailleurs de pierre, il tenait la truelle dans sa droite et, avec un peu de mortier, il a uni l’édifice.» Puis il raconte la tradition populaire qui a imposé cette colline hors de la citadelle comme place royale.

Au Peyrou, qui tient son nom de "pierreux", «les Montpelliérains venaient chercher la fraîcheur depuis des temps immémoriaux. Car l’air y est vif et le décor fameux avec le pic Saint-Loup et puis la mer».

Pour que chacun puisse encore mieux profiter de cet horizon, l’architecte Giral dessinera donc la promenade «demi-ovale» où, dès 1715, une statue du Roi-Soleil doit «trouver naturellement place». En face de l’arc de triomphe, «simple porte de la Ville», édifié en 1204. Et dos au temple des Eaux prolongé par l’aqueduc imaginé par l’architecte Pitot et achevé en 1768.

(1) Le 7 mars, le squelette d’Arthur-Richard Dillon a été exhumé du cimetière de Londres, où l’homme est mort en exil, en 1806. Sa dépouille arrivera par voie fluviale ce 16 mars, à Narbonne. Une messe sera donnée à 17h, à Saint-Just.

9/2/07

Canada


Le Mont Royal à Montréal.








La historia seguira mas tarde, cuando encuentre las palabras necesarias.... en todo caso pasé un invierno por alla, seguramente el peor frio de toda mi vida. Por lo menos asi lo espero...

3/2/07

Versailles


46, Route de Rueil.



Los que creyeron que era una foto del Chateau de Versailles o del Petit Trianon, se van a quedar con las ganas por ahi...

La verdad sencillamente es que vivi unos 3 años en esta casa, ocupando una de las piezas de la parte superior, la ventana a la izquierda y luego me mudé al subterraneo, que estaba a la misma altura que el jardin.

Era donde la señora Jacqueline Malnoy, simpatica mujer aunque mas porfiada que un burro también. Se le hace un homenaje tardio pero no inutil, digo éso porque se me ocurre que ya se debe haber muerto la abuela. Aunque cuando yo llegué por alla ella todavia no tenia 50 años...

Es aqui entonces donde me inicié a la vida en Francia. Ir todos los tres meses a la cana a sacar o renovar los papeles, dando fotos y balbuciando explicaciones ahuevonantes en un francés mas bien dudoso. Comenzar a aprender y luego practicar la puta lengua y asimilar la cultura ésta. Aprender y acostumbrarse a vivir solo y lejos de su familia, forjarse nuevos parametros culturales, por ultimo.

Tuve también mi primera experiencia con la nieve...

Recuerdo que la primera vez fue en una noche y ya estaba acostado. Alla por diciembre del 1978 y leyendo un poco, para sacarle el jugo al insomnio. Y de repente veo que por la ventana pasaban huevadas locas volando. Asi que me dije que debian ser hojas que se caian con el viento. Después de unos segundos en que segui leyendo tranquilamente, me di cuento que viento no habia para nada y que hojas en los arboles, a causa del frio que las quema, ya no quedaban...


Asi que me levanto y voy a ver mas de cerca lo que pasa. Después me abrigo un poco y salgo apurado al patio y ahi no mas me quedo como cabro chico con la boca abierta delante de un milagro. Viendo copitos volando en el aire helado de la noche, surcando el cielo como plumas de alitas de angel que caian lentamente y en silencio y esa cosa blanca casi con vida propia que se puso a cubrir el suelo. Hasta me quedé con las manos abiertas un minuto para agarrar un par de copos y comi un poco.

En cierta manera me hizo comprender lo que Aureliano Buendia debio sentir la primera vez que vio el hielo...

Pa' que decir que al dia siguiente todo estaba blanco y no queria mas de tan bonito que se pone el paisaje. Uno camina y hace crujiditos con cada paso y pareciera que los sonidos estan amortiguados. Le da la idea a uno que el Universo entero esta como en suspenso, esperando que pase algo... y no pasa nada desde luego.

Hasta el mismo frio se va de puntillas a otra parte, y si, aunque parezca extraño, la nieve mantiene el aire en una temperatura "agradable", bueno, es un cagadero de frio de todas maneras, pero mucho menos hinchante que cuando llueve o que hace viento...


Se ven las figuras fantomaticos de los arboles estirando contra el cielo blanco sus ramas desnudas como brazos flacuchentos de mendigos pedigüeños. Y pasan mirlos y cuervos, tan negros como mi propia conciencia, graznando tristemente y buscando algo que comer....

Voilà, mon premier hiver à Versailles...