16/1/07

Los Jaivas


En el 1973...


Conoci a los mentados Jaivas cuando eran todavia los High Bass, a fines de los años 60 en Valparaiso, ciudad en la cual naci y vivi hasta antes de largarme a Europa en el otoño chileno del 1978. Aqui era la primavera que ya habia comenzado, de manera que tuve un año con dos veranos...

Tuve en seguida la suerte de verlos y visitarles aqui en Francia en aquella enorme casona en Chatenay-Malabry, cuando la Juanita y los otros eran niños de apenas unos diez años y andaban corriendo y haciendo mil cagadas en el inmenso parque que rodeaba dicha casa.

Desde aquella época, ya bien lejana, he podido seguir la saga Jaivas con sus altos y bajos y también con sus horribles pérdidas.

Con eso quiero decir que el dia que supe que Gabriel se nos habia ido para siempre, anduve atontado todo el dia, casi incapaz de aceptar su partida definitiva. Ya habia experimentado la terrible muerte de John Lennon y otros mas, pero ahi era el personaje que conocia intimamente, con el cual habia hablado en Valparaiso y aqui en Francia y que consideraba un poco un hermano mayor en la musica alternativa chilena.

Lo mismo, hace algunos años ver en los periodicos que el Gatito se habia muerto, cosa que le pasa a todo el mundo finalmente, me tuvo con lagrimas en los ojos a cada vez que veia su nombre. Escuchaba sus canciones, con su flauta y su voz tan caracteristica, cerraba los ojos e imaginaba su cara y era horrible...

Y no es tanto la muerte del musico, del cantante, del guitarrista, que ya se nos fué Kurt Cobain, Victor Jara y tantos otros, pero mas bien el perico con el cual habia conversado en Valparaiso y aqui en Francia de nuevo. Personajes simpaticos, simples y generosos y que uno queria como si fueran unos parientes cercanos y algo locos y filosofos. Uno de esos primos que la vida nos da y luego nos arrebata sin piedad, y nos deja ahi huérfanos de su presencia para siempre, y que nos hace comprender que los años pasan y que los que fueran nuestros idolos, Zappa, Lennon, Hendrix, Morrison, Joplin, Harrison, Vaughan, Strummer y tantos otros se mueren de viejos o de enfermedades como cualquier huevon sencillamente.

Formo parte entonces de la gente que conocio la tribu Jaivas en aquellos años, cuando Pirincho Carcamo todavia estaba en Valparaiso y junto a Lelo Aguirre eran unos de los raros en pasar su musica... años mas tarde y ya aqui en Francia fui a verlos en aquella casa magica de Chatenay-Malabry entre el 1978 y el 1982 en que me vine a instalar en Montpellier. Ahi digamos por la distancia, anduve perdiendo un poco el contacto...

Entonces las Juanitas, Blanca Flor, Eloy, Ankatus y tantos otros los conoci niñitos y vi también a nuestro Gatito Precioso hablando francés y créanme que he derramado mis lagrimas pensando en lo ingrata que puede ser la vida a veces, al ver que nuestros seres queridos se nos van a otra dimension y sin dejarnos la oportunidad de decirles cuanto los queremos y cuanto extrañamos sus ausencias...

Gracias van también a la tribu Jaivamigos por la foto...

Las visitas por aqui no mas ==>
http://www.jaivamigos.cl/


2/1/07

Valparaiso siempre


Vista desde los cerros.


No estoy muy seguro, considerando que no había explicaciones acompañando la foto, pero me parece que debería ser el Cerro Yungay. En todo caso la iglesia que se ve al fondo estaba situada en ese cerro, en las cercanías de la Avenida Alemania.

También recuerdo que esa misma iglesia se ve
ía desde el patio de la escuela donde hice mis primeros estudios, la N° 19 en el Cerro Florida, y que años mas tarde fuera destruida en un terremoto (especialidad local). Fué enseguida demolida y existe, con el mismo numero por lo menos, pero en otro local.

Una vez, algunos años después, buscando las huellas de mi pasado, pasé por ah
í de nuevo y quedaba solamente la escala que daba acceso al pórtico y una serie de escombros mas atrás, casi como una herida abierta en el paisaje... Escala que subí y bajé cientos de veces...

Una de las raras veces en que fui a misa, y en aquella iglesia justamente, sucedió cuando la madre del Director de dicha escuela falleció, as
í que en esa mañanita de Dios no hubo clases (o casi) para nuestro jolgorio colectivo. Pero hubo después que ir en masa a asistir a la misa por la pobre señora y poner una cara trágica, para no desentonar con la ceremonia.

A mi el único problema, bueno, entre otros, es que en ese tipo de situación me bajan unas ganas locas de hacer el loco justamente. Ya sea haciendo morisquetas o sacando al aire uno de mis múltiples ruidos o imitaciones... such is life...

También había como una explanada por allí cerca, con arboles al medio y donde se instalaba un mercado un par de veces a la semana, seguramente los Miércoles y Sábados. Años mas tarde y ya guaina, primer año en la Universidad seguramente, fui a pasearme por ahí, tranquilo, barbudo, con mi eterno gorrito de lana, fumando unas yerbas y la explanada aquella ya no existía. Había sido reemplazada por una serie de mediaguas (casas que se suponían provisoras y que duraban años) y de todos colores. Otra especialidad local y que surgían como callampas luego de los ya mencionados terremotos o las también horripilantes inundaciones. Se puede también agregar los incendios.

Maneras bien poco simpáticas que tiene la Naturaleza o el Destino de recordarnos lo frágil que es nuestra existencia. Como si uno ya no lo supiera...

En aquella lejana época, fines de los años 50, las clases no eran mixtas, de manera que los pelotudos iban en la mañana y las niñitas en la tarde y a otra escuela mas encima, la N° 20 y que estaba casi al frente.

En otras palabras, minas, uno no ve
ía nunca... aparte las minas de lápiz...

Fuck it..!